De la realidad a la fantasía hay un paso, una pequeña frontera, un límite que muchos desearíamos penetrar. Esto lo entendió muy bien J.R.R. Tolkien; escritor británico, al permitir que su mente se entretejiera con lo irreal y lo sublime. Teniendo como resultado un universo tan particular como los Hobbits: un lugar que está en la tierra y que usted podría permear.
Patones de arriba, ubicado en el Valle de Jarama, justo en la frontera entre la Comunidad de Madrid y Guadalajara, parece ser una réplica; sí es que no es en realidad, del universo creado por Tolkien. Sus casas parecen haber sido poseídas por la misma madre tierra, pues los ladrillos desaparecen al ser cubiertos por la inmensidad de las hojas verdes. Además, sus calles están construidas tan armónicamente que parecen ser una extensión de la misma montaña que la rodea.
De lejos Patones de Arriba parece ni siquiera existir. Es camaleónica. Lo irónico es que esta característica fue lo que los salvó. Es el único pueblo de España que por desaparecer entre los grandes pinos y las filosas rocas, se libró de la invasión de Francia. Así como los Hobbits corrían de los Orcos, los Españoles del pueblo francés.
El británico comprendía que la fantasía es un derecho legítimo de todo ser humano. Pues comprendiéndola es la única manera de hallar una completa libertad y satisfacción en este mundo terrenal. Por ello, Patones de Arriba se convierte en la escapada perfecta para sentirse entre la calma, lo natural y lo ancestral.
Los edificios, el caos y los atascos pasan a convertirse en escaleras de tierra con jardines multicolor. Sus calles desniveladas, inmensos hornos construidos con barro y piedras de pizarra negra, logran que el destino tome un toque mágico, único y, claro, fantástico.
Lo increíble es que Patones de Arriba se adapta perfectamente a todas las estaciones del año, sumándole al lugar un toque único e imposible de copiar. Seguramente si el británico hubiera caminado por estas tierras, en sus libros de fantasía, guerras y victorias estaría inmortalizado el nombre de este pueblo.
Por. Michael Chabur
Fotografía: Michael Chabur
